Últimos preparativos Groenlandia 2016

Últimos preparativos Groenlandia 2016

Los últimos preparativos de una expedición al Ártico, como la de la Cumbre de Hielo Groenlandia 2016 siempre son complicados. Son 15 días de duro trabajo y de mucha tensión. Nada debe fallar cuando los expedicionarios estén en mitad del hielo, a muchos cientos de kilómetros de cualquier lugar habitado y en un entorno hostil, pese a esa apariencia que engañosamente parece indicar que no pasa nada.

El lugar de operaciones de estos preparativos ha sido una nave en un polígono de Ajalvir (en las cercanías de Madrid), espacio de encuentro de los participantes en la aventura en la que se están dando los primeros pasos de la aventura. Es allí donde el Trineo de Viento se empaquetó con cuidado para, una vez cargado en una furgoneta, tomar rumbo a Copenhague por carretera. Y allí se encuentran ahora los 2.000 kilos que llevará a bordo en la ruta, a la espera de la llegada de los seis primeros tripulantes en la aventura. Llegarán a la capital danesa el domingo día 15 por la noche. Al día siguiente, lunes, ya con todo el equipo, volarán a Groenlandia, hasta el punto de partida de la expedición, el miércoles día 18.

Para organizar una expedición de este tipo no basta con prever acontecimientos que sólo la experiencia en otros viajes parecidos ayuda a adelantar. También hay que bregar con imprevistos que le son propios, como el hecho de que el helicóptero que tendría que recoger a la expedición en el lugar de llegada (el mismo que a la partida) esté a su vuelta  en «revisión técnica», o que finalmente el peso total no sea «exactamente» el máximo fijado por el que les depositará sobre el glaciar con su vehículo,  y deba rechazarse algún material (y todos son necesarios) en el último momento. Son algunos de los aconecimientos inesperados que ya se ha encontrado Ramón Larramendi, responsable del proyecto, en estas últimas jornadas. «Es lo normal, siempre hay algo que no puedes adelantar, pero soy de los convencidos de que siempre hay una salida», asegura el explorador.

Importante especialmente es organizar todos los equipos de comunicación con el exterior, vía satélite, así como los canales de transmisión de información, para que una vez sobre el hielo poder conocer con antelación las previsiones del tiempo, sobre todo las del viento que impulsarán al Trineo por un desierto de tres kilómetros de hielo de profundidad. Y no menos lo es tener bien organizadas las comidas, por si la estancia se alarga más de lo previsto.

En definitiva, mil y un detalles sobre los que estar encima.