La familia ártica del 'conquistador' negro del Polo Norte

La familia ártica del ‘conquistador’ negro del Polo Norte

Manuel Olivera con Nuka Henson, en 1991

Ramón Larramendi ha regresado, después de 25 años, a la zona de la costa groenlandesa que recorrió en 1991 con Nuka Henson, bisnieto de Matthew Henson. Henson era el asistente negro de Robert Peary, conquistador del Polo Norte. Aunque acompañó a Peary durante toda su travesía, acabara donde acabara (pues hay quien duda de que llegaran hasta el Polo Norte), nunca alcanzó la fama de su compañero y jefe. Era negro y el racismo a principios del siglo XX era una constante en las sociedades occidentales. Como tampoco la tuvieron los inuits que les acompañaron.

Pero Matthew tenía una historia de novela. Era bisnieto-sobrino del esclavo de origen africano Josiah Henson, quien se cree que inspiró a la escritora Harriet Beecher Stowe para crear al protagonista de su novela «La cabaña del tío Tom». Josiah, que había nacido justo en el año de la Revolución Francesa, se convirtió en su época en un conocido activista contra la esclavitud.

Un siglo después, los aconteceres en la vida de su descendiente hasta llegar al Polo Norte no son menos sorprendentes. Huérfano de padre, Matthew, tras escaparse de su casa familiar con 11 años, se embarcó como grumete en un barco, en el que aprendió a ser marinero y que le permitió dar la vuelta al mundo. Tras varios años de singladura, tuvo que tomar tierra y encontró trabajo como  dependiente en una tienda de sombreros. Fue allí donde un día entró Robert Peary y le reclutó para sus aventuras por el Ártico. Le convirtió así en el primer negro en pisar el punto más al norte del planeta.

Durante los siguientes 20 años, Peary y Henson viajaron numerosas veces a Groenlandia, donde tuvieron hijos con mujeres inuits, si bien nunca se hizo público. De hecho, no fueron descubiertos hasta que el investigador norteamericano Alan Counter, también afrodescendiente, les localizó, ya ancianos, en el año 1986. Uno era mestizo de blanco y otro de negro.

Apenas cinco años después, Ramón Larramendi y Manuel Olivera, durante la Expedición Circumpolar, coincidieron con el bisnieto inuit de la saga de los Henson, Nuka, y con su mujer. «Fue en abril de 1991. Acabábamos de salir de Savissivik, el pueblo mas meridional del mítico distrito de Thule. Íbamos hacia  Moriusaq, cuando en una cabaña de cazadores nos encontramos a Nuka y a su mujer. Se dedicaban a cazar y nos invitaron  a foca recién cogida para cenar», relata Olivera. Al parecer, ellos también iban hacia Moriusaq y se unieron a los dos jóvenes españoles. A medida que vuelve al pasado, a Manuel le fluyen más recuerdos: «Su mujer, Arnanguaq, era muy guapa y Nuka, que llevaba bigote y una incipiente barba, tenía una cara muy graciosa y cercana», añade. «Nukka estaba muy orgulloso de ser descendiente de Matthew Henson», apunta Larramendi.

Tras pasar allí juntos, Nuka les propuso seguir con ellos el camino hasta Moriusaq, donde vivían. Como iban más cargados, Ramón y Manuel salieron antes que los inuits, pero en seguida les alcanzaron y superaron. «No era fácil avanzar, porque los perros de Manuel iban muy lentos, así que tardamos varias horas en llegar a Moriusaq, donde la acogida fue inolvidable. Allí estaba la pareja, y su padre y otros descendientes directos de Mathew. Fue como hacer un viaje a traves del tiempo», recuerdan.

Por desgracia, en este nuevo viaje de Larramendi a la zona no ha podido ver de nuevo a la pareja Henson. Nuka y Arnanguaq murieron unos años después de su encuentro, cuando su bote volcó mientras cazaban en las gélidas aguas de la costa en la Bahía Melville. Y Moriussaq es hoy un pueblo totalmente abandonado…