Funcionamiento

El éxito del Trineo de Viento es la facilidad de su manejo, mediante al aprovechamiento de la energía eólica.  No hace falta ningún título especial, ni semanas de aprendizaje para convertirse en un tripulante del ‘eco-vehículo’ polar. A su sencillez de construcción y sus sostenibilidad, se une la facilidad de aprendizaje para su pilotaje.

 

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Su versatilidad permite que pueda moverse con vientos que van desde los 6 a los 60 kilómetros por hora. Además, las cometas son capaces de aprovechar vientos que no van en la misma dirección del Trineo, lo que se consigue subiendo y bajando las cometas con diferentes líneas (que van de 150 metros a 300 metros de longitud) en función de las corrientes, como hacen los globos aerostáticos.

Las cometas llevan únicamente dos mandos o líneas (cuerdas/dinema) que enlazan en una polea. El piloto tira de un lado o de otro, moviendo el perfil de la cometa de un lado a otro para que no se caiga.

El despegue de la cometa es el momento más complicado, en función del viento y la superficie. La línea de 300 metros dificulta esta operación si el territorio es rugoso o si hay poco viento, pero con una velocidad standar (unos 15 kms/h) no resulta complicado.

Si la dirección a seguir es frontal con viento de popa, el piloto va haciendo ochos, subiéndola y bajándola, porque no puede dejar de moverse. Si la dirección es a 45º del viento, la cometa me mueve desde el lateral haciendo ‘eses’. Se puede ceñir hasta 80º respecto al viento. Los módulos traseros ayudan a ceñir el viento. Basta con poner los anclajes de anclaje cometa en una esquina de la locomotora, para cambiar la dirección de la cometa y meterla en el viento.

Elemento clave en el funcionamiento es la polea, que recibe las órdenes enviadas a la cometa. En el nuevo prototipo se llevarán poleas más grandes y sistema de multiplicación de fuerzas que faciliten el manejo cuando la cometa se encuentre en su máxima tensión.

Es importante conocer la columna de viento que hay en el momento del despegue, puesto que en superficie puede haber muy poco viento, pero su velocidad se puede incrementar exponencialmente a muy poca altura. Para elevarla en esas condiciones, se genera manualmente viento con el movimiento. El máximo de viento con el que se puede navegar sin problemas son 50 kms/h.

Para aprovechar al máximo sus posibilidades, la tripulación debe estar formada por cuatro personas, que funcionen en dos turnos que se van relevando, para aprovechar al máximo las horas solares (24 horas en los territorios polares).